Conservación de los
recursos hídricos.
El sorgo
es seguro.

El sorgo es una de las plantas cultivadas que menos agua requiere.

Una de sus particularidades es la de ser una planta «en C4», mecanismo de absorción del CO2 que le proporciona un mayor rendimiento fotosintético y, por lo tanto, una mayor eficacia en condiciones de calor y sequedad.

Además, gracias a su sistema radicular sumamente denso (que puede descender a más de 2 metros de profundidad en suelos profundos y bien preparados), es capaz de extraer y utilizar con mayor eficacia el agua y los nutrientes del suelo.
Sus necesidades totales (reserva del suelo + lluvia +irrigación) son entre unos 400 y 500 mm.

Los efectos agronómicos del sorgo vistos por los agricultores

Gracias a su enraizamiento, el sorgo mejora la estructura del suelo. Además, es beneficioso para las rotaciones. Los agricultores que lo cultiva desde hace varios años están convencidos de ello.

Un 85% de las superficies cultivables de Europa carecen de dispositivos de irrigación.

La capacidad de adaptación

del sorgo al estrés hídrico es sobradamente conocida. Y, en la mayoría de los casos, no es necesario recurrir a la irrigación. En suelos con una profundidad media, las necesidades en agua del sorgo son claramente inferiores a las de otros cultivos de primavera.

Si el agricultor dispone de un sistema de irrigación y, en caso de necesidad específica (sequía estival, suelos poco profundos), la planta valorará un aporte de agua muy selectivo (entre la fase de hinchamiento y de espigado del sorgo).

Otras ventajas

Ahorro en insumos. El sorgo es seguro.

Mercados. El sorgo es seguro.