Para el sector agroindustrial, el sorgo guarda más de un as bajo la manga.

 

No solo ofrece múltiples oportunidades (alimentación humana y animal, bioenergías, biomateriales…) sino que, además, tampoco son exclusivas. A partir de un mismo cultivo de sorgo, se pueden destinar los granos al consumo humano, los azúcares solubles extraídos del líquido del tallo, a la producción de etanol, los residuos de los tallos (bagazo) y las hojas, a la alimentación de animales o a la producción de energía (cogeneración o biocarburante de segunda generación).

Cada año, se seleccionan nuevas variedades de sorgo por su precocidad y su productividad. Esto permite ampliar el cultivo del sorgo a las regiones templadas, sobre todo en el hemisferio norte. Los avances genéticos asociados a la frugalidad en agua y en insumos del sorgo convierten a este cultivo en una formidable oportunidad para el sector agroindustrial y los agricultores que quieran trabajar juntos de forma local y sostenible.

 

Le guide des débouchés industriels


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