El sorgo forrajero: buenas prácticas

 

Del pasto a la distribución como alimento verde, el sorgo forrajero ofrece múltiples ventajas. Resolución y buenas prácticas con Frédéric Guedj, responsable de desarrollo del sorgo para el mercado europeo de Lidea.

Una planta resistente para la que no es necesario eliminar la maleza y que produce rápidamente forraje en grandes cantidades, especialmente durante el verano: el sorgo forrajero continúa demostrando serlo actualmente.

El cultivo del sorgo agrupa dos clases forrajeras: el tipo monocorte, que se utiliza para el ensilado, y el multicorte, que puede envolverse en fardos, ensilarse o distribuirse como alimento verde y en forma de pasto.

Dos consejos prácticos para el tipo multicorte 

La ingesta de plantas jóvenes (de tipo multicorte) en forma de pasto puede suponer un riesgo en determinados casos por su contenido en durrina: «aunque la durrina se diluye en la planta de sorgo durante su crecimiento, se concentra en poca cantidad de biomasa durante la fase de planta joven. Por tanto, el consumo en grandes cantidades de plantas jóvenes puede suponer un riesgo de intoxicación para el ganado», explica Frédéric Guedj. Un riesgo que puede evitarse fácilmente si se siguen dos reglas básicas:

Un tamaño mínimo que respetar para el pasto

Evitar que el ganado paste antes de que las plantas hayan superado entre los 40 cm y los 50 cm de alto para el pasto sudán (de tipo Piper) y entre los 60 cm y los 70 cm de alto para las variantes híbridas (de tipo cruce entre sorgo común y pasto sudán o entre pasto sudán y pasto sudán). Las plantas más maduras no presentan ningún riesgo.

Reposo de 24 horas para el suministro de forraje y de heno

En el caso del suministro de forraje y de heno, segar la planta 24 horas antes de utilizarla permite evitar los riesgos.

¿Y el tipo monocorte?

«Con respecto a los sorgos forrajeros monocorte, nunca se han observado accidentes vinculados al uso en forma de ensilado para alimentar a los animales en invierno», apunta Frédéric Guedj. «De hecho, la durrina es un ácido muy volátil que desaparece rápidamente después de la cosecha. Como no existe riesgo de toxicidad en caso de siega, el ensilado no requiere tomar ninguna precaución concreta».